Dios mostró la película de su vida a un campeón ciclista
Durante todo el periodo de mis éxitos deportivos y a pesar de mis victorias, sentía una cierta insatisfacción, un vacio e incluso una profunda soledad , ningún éxito llenaba mi corazón.
Una cita divina!
Un día, atravesé la puerta de una iglesia, no estando muy convencido. No había entrado para participar en la reunión, nada de eso. Al contrario, fui lo más discreto posible, colocándome en la última fila para no llamar la atención.
Era consciente que a veces mi deporte era un poco peligroso y formule con estas palabras, esta oración interior:" Dios, cuídame de todo accidente durante esta nueva temporada 89". Luego me dije que sería mejor si cerraba mis ojos como lo hacían las demás personas.
Así lo hice y de repente fui invadido por una presencia invisible. Era tan poderosa que me impedía abrir los ojos. Estaba como paralizado en mi silla. Todo mi ser estaba envuelto en una luz deslumbrante, sin embargo, mis ojos seguían cerrados. Era una luz tan poderosa como el sol. En el centro de esta luz, había delante mío como una superficie resplandeciente y la presencia que me envolvía era de tal pureza, como un espejo levantado frente a mí.
Revelación de la película de mi vida.
En ese espejo, se reflejaba el estado de mi alma, veía la oscuridad de mi corazón y, frente a esta revelación, el campeón orgulloso que era cayó de rodillas delante de la grandeza y la naturaleza santa de Dios. Me sentía pequeño e impotente frente a la majestuosidad de Cristo. En menos de un minuto, vi pasar en mi consciencia, la película de mi vida, todo el mal que había podido hacer y cometer desde mi infancia y todo eso que desagradaba a Dios.
Una profunda convicción de su existencia, nació en el fondo de mi. Su presencia era tan poderosa, que comencé a llorar. No podía retener mis lagrimas y sentí todo el dolor que había podido cometer y todos esos años de rebelión contra el Señor: el pecado.
Fui invadido por una gran culpabilidad por haberlo ofendido con mi comportamiento, viviendo en la inmoralidad, sin ningún valor espiritual. En mi consciencia, me sentía culpable de vivir en ese estado de pecado y rebelión, lejos de Dios.
Un Pastor descubre mi vida
En ese momento, el Pastor Guy Bergamini, que presidía la reunión, toma la palabra sobre una inspiración divina, y dijo: "Porque, Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? que dará un hombre en cambio de su alma? " (Mateo 16:26). Dios había tomado todo el control de esta reunión, porque ese predicador que no me conocía, contaba con exactitud y una precisión todos mis secretos, hasta los mas íntimos. Comprendí que no podía esconder nada a Dios, El me conocía perfectamente. Fui conmovido frente a su grandeza.
Eso resonaba en lo más profundo de mi alma, como el ruido de un torrente de agua. Estuve convencido de que necesitaba un Salvador ya que mi alma estaba perdida.
Si pudiera describir en pocas palabras la revelación que experimenté ese día, sería con las siguientes palabras: "Es un encuentro personal con un Dios de amor".
Este amor divino, fluía como un rio para llenarme por completo. Era Jesús Cristo quien me amaba y que con dulzura, llamaba a la puerta de mi corazón.
El 19 de enero de 1989 a las 8:30 pm, en la sala de la iglesia de Thion (Francia) abrí por primera vez mi corazón al Hijo de Dios, Jesús Cristo resucitado y lo invité para que fuera el "Salvador" de mi alma.
Puedo afirmar con convicción que "Dios me ha encontrado."
Luego, decidí de dejar la carrera profesional que seguía , para hacerme Pastor.