Gernot Elsner

Karlsruhe, Germany

DIOS HACE QUE TODO RESULTE PARA BIEN

Un mal comienzo!

Mi madre no era una persona muy feliz. Pensó en suicidarse varias veces, y hasta lo intento una vez, tiempo antes de que yo naciera. Cuando se enteró que estaba embarazada de mí, debido a una relación amorosa que había tenido con un hombre casado, hizo que su vida se complicara aun más. Ella tenía un deseo profundo de sentirse amada. Ese deseo, la llevo a una serie de relaciones poco saludables que trajeron mucho dolor a nuestra pequeña familia. Algunos de estos hombres que venían a vivir con nosotros, eran muy violentos y agresivos, continuamente estaban causando peleas y discusiones.

La Paz de Dios

Gloria a Dios por mi abuela. Ella vivía en otra ciudad, pero cada tanto venia a visitarnos. Desde pequeño ella me presento a Dios y me enseño la importancia de encomendarle mi vida a Jesús. Ella también venia de una serie de relaciones dolorosas cuando se convirtió a Cristo, mientras conversaba con dos monjas, sentada en el banco de un cementerio en los años ‘50. Cada vez que ella venia a visitarnos, nos traía cintas, libros, devocionales, lo que sea que ella encontraba en la librería cristiana para enseñarme acerca de Dios. En aquellos años pude conocer a Jesús íntimamente y cada vez que se desataba el infierno en nuestra casa, podía refugiarme en su paz y amor en medio de esa situación.

Realmente puedo confiarle mi vida a Dios?

Nunca hubiera negado a Dios por completo, pero hacia los fines de mi adolescencia ya no estaba tan seguro que Jesús iba a poder satisfacer mi deseo de vivir una vida llena aventura, propósito y significado. Llevar esa vida era lo que más anhelaba. Por aquellos días, canalizaba este profundo deseo haciendo deportes e involucrándome en una serie de relaciones, a pesar de saber que estas, no me llevarían a ninguna parte y tampoco me hacían bien. A pesar de haber elegido conscientemente esta estrategia de vida, no me estaba dando los resultados que estaba esperando. Mientras tanto, ese anhelo todavía estaba ahí y sentía que algo tenía que cambiar. Le escribí una carta a Dios, que decía más o menos así: “Dios, no quiero vivir una vida aburrida. En la Biblia veo como la vida de los primeros cristianos estaban llenas de plenitud y significado. Ellos encontraron paz en Ti, los mandaste a sanar a los enfermos y cambiar el mundo, les proveíste de manera sobrenatural para sus necesidades y les pediste que compartieran con el mundo lo que Tú habías hecho en la cruz. –Si hoy es posible llevar una vida como esa, yo quiero entregarme por completo a Ti”

El que ponga su confianza en el Señor no será avergonzado

Una voz muy dentro de mí, decía que debía confiar en el Dios de mi niñez, aunque eso resultara en tener que tomar una serie de decisiones difíciles. Para empezar, tenía que dejar de salir con una chica con la que me estaba viendo, para desilusión de a algunos parientes y empezar a dar pasos hacia un territorio totalmente desconocido. Fue así como, 20 años atrás entré en una etapa completamente distinta en mi vida. Visite un instituto bíblico, estudie para convertirme en maestro y conseguí mi título en teología. En el 2006, comencé una organización misionera y una escuela bíblica que está completamente comprometida en enviar equipos de jóvenes a predicar el evangelio alrededor del mundo. He experimentado personalmente milagros en mi vida y en la vida de otros. Algunos de ellos fueron milagros físicos y otros emocionales. Donde sea que la gente escucha del evangelio son llenos de nuevas esperanzas.

Gratitud

Estoy tan agradecido con Dios por lo que Él ha hecho en mi vida. Confiar en El fue la mejor decisión que alguna vez tomé. Cambió por completo mi vida, aunque todavía tengo que tener cuidado de no caer en los mismos patrones de pensamiento que me afectaron tanto durante mi niñez. El me ha dado una esposa maravillosa, tres hijas bellas y una vida nueva. Deseo con todo mi corazón de que tu también experimentes que: Dios es Bueno!

P.D.

En 1998 diagnosticaron a mi madre con cáncer, pero en ese tiempo ella decidió entregarle su vida a Dios. Aunque su salud se deterioraba día a día, Jesús se llevó una vida entera de dolor y miseria emocional. Al fin, ella pudo ser una mujer realmente feliz y encontrar la paz que estaba buscando en Dios y recibiendo de su gracia y perdón.

Esta es mi historia. Escribame si quieres saber mas.

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