Déborah Rosenkranz

Unknown, France

De la anorexia a la libertad

Crecí en una súper familia. Siempre tuve el amor que necesitaba.

Me gustaba mucho el deporte, practicaba Hand ball. Pero un día después del entrenamiento, un chico que me llamaba la atención me veía intensamente. Después de la sesión vino a mi casa y me dijo:

“Débora, juegas muy bien pero me pregunto ¿Cómo puedes correr con semejante peso?”

El descenso a los infiernos

Esa fue una frase que iba a cambiar una gran parte de mi vida. Me dije, por tanto, que no era muy bella, que no podía jamás frecuentar chicos como él. Entré a mi casa y le dije a mi madre que quería someterme a una dieta. Le pregunté cómo podía perder peso. Fue ahí donde todo comenzó; inicié por dejar de comer en la tarde, después evité  el desayuno. En fin, llegué a comer sólo una media manzana por día. Era todo; perdí mucho peso, claro, pero perdí también mi dicha. No podía hacer deporte, me encontraba muy débil.

Muy tarde

Un día, escuche al médico decir a mi madre que no podía hacer ya nada por mí. Era muy tarde. No debí escuchar eso. Estaba sentada enfrente de la puerta. Mi mamá comenzó a llorar y llorar. Tampoco ella podía hacer nada. Aunado a lo anterior, no quería escuchar nada de la fe, de Jesús. Para mí estaba claro que Él no podía entender el malestar ligado al sobrepeso, por lo que dirigí mi vida sin hacer caso de Dios.

Jesús entra en mi vida

Dichosamente, un día fui a un concierto y llegué a casa muy tarde, cerca de las 2 de la mañana. Escuché a mis padres orar en su cuarto. Mi madre lloraba y lloraba. Decidí acercarme a la puerta y escuché a mi padre decir a mi madre: “hay que continuar orando, sólo Dios puede sanarla.” Yo sabía que iba a morir por lo que cuando escuché eso, tomé la decisión de abrir la puerta, pedir ayuda y permitir a Jesús entrar en mi vida. Me acosté en la cama de mis padres y oramos juntos. Ese fue el primer paso de mi sanidad y ahora estoy sana.

Tú también, si tienes problemas ligados a tu imagen personal, puedes pedirle ayuda. Ábrele la puerta, Jesús quiere salvarte y sanarte, fuiste creado a su imagen.

Déborah

 

— Read more —
Contact me Learn more about Jesus

Similar stories