Sobreviví a 3 guerras
Hola,
Me llamo Rody, nací en Camboya en 1958, provengo de una familia budista-hinduista, por tradición, como la mayoría de la gente del país en esa época.
Me escapé de la muerte, después de haber sobrevivido a tres guerras en mi país:
- Marzo de 1970: De Monarquía a republicano
- Abril de 1975: De republicano a comunista
- Enero de 1979: de comunista a la democracia popular
- Y después la monarquía constitucional
Durante régimen de POLPOT, tuve que soportar una prueba cuatro años en los campos de trabajo. Sufrí hambrunas, cansancios, realicé trabajos de esclavo y presencié horrores, ya que todos sabemos que en esa época dos millones de personas fueron masacradas.
Profundamente destrozado por dentro, estaba enojado por la crueldad humana, contrastando con la magnificencia de la naturaleza. También estaba desorientado.
Creía fuertemente en la meditación y en ese momento se me ocurrió acercarme a Buda para que me ayudara a sentirme mejor; practicaba el esoterismo, las técnicas de meditación trascendentales y vivía regularmente de visiones y de pesadillas cada vez más atroces que terminaban por provocarme pesimismo y ansiedad.
Además, la desdicha me siguió sin importar que hiciese:
- Tenía una sensación de desesperanza, de vacío y disgusto con la vida.
- Dejaba inconclusos mis proyectos. Tenía la sensación de ser perseguido.
- Buscaba refugio en escapadas, adicciones (alcohol, cigarros), relaciones de todo tipo. Despreciaba la palabra de Dios que, a pesar de las llamadas recibidas de su parte, me parecía extraña.
Un día, cansado por los eventos de mi vida, me encontré errando en París. Fue ahí donde recibí de unos evangelistas, un fascículo de la palabra de Dios, ahí encontré un pasaje me tocó profundamente:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
La motivación de conocer a ese Dios que muestra amor por la humanidad me inundó, esperé que Él pudiese cambiar mi vida y que me sacase de la miseria en la que me había hundido.
Al inicio sentí un desprecio por esa Palabra pero, progresivamente, con la lectura cotidiana de la Biblia de un lado y mi oración desesperada e incesante del otro, Jesús se manifestó de la manera siguiente: sentí la paz, la dicha, un amor que no venía de mí y verdaderamente decidí conocerlo y someterme a su voluntad aceptando sinceramente sus mandamientos los cuales son mandamientos de Vida. Me deshice de todo lo que estaba ligado con el pasado, ligado a los temas del esoterismo y de la meditación (objetos, fascículos, manuales).
Las cargas dentro y fuera de mí se disiparon progresivamente, la esperanza vino a llenar el vacío e, instruido por la Palabra, estoy ahora en su paz porque es una comunión con el Dios Vivo que tanto busqué desde hace mucho y Él solo puede llenar con su presencia todas nuestras necesidades y vacíos.
Tú que escuchas este testimonio, no pierdas jamás la esperanza porque no es por azar que estamos en esta Tierra. Dios nos creó para conocerle y vivir en comunión con Él. Sólo Cristo puede reconciliarnos con el Creador quien se encargará reconciliarnos con su creación. No pierdas tiempo y búscale, busca su rostro en toda circunstancia.
Rody