Matthieu GIBERT

Bordeaux, France

Cambiar la vista frente a su prueba

Nacido como niño « normal », hablaba muy bien, pero no respondía siempre cuando alguien me llamaba. A la edad de cinco años, me diagnosticaron una profunda sordera, avanzada.

Dios hizo un primer milagro, pues podía hablar muy bien pese a mi problema. Pero no me sanaba. Me decían que Dios existe y sana, entonces: ¿Por qué no a mí? ¿Era eso mi error? ¿No era demasiado bueno? ¿O Dios existía realmente?

A los catorce, vi una cantidad de especialistas porque mi sordera avanzaba muy rápidamente. Me pronosticaron una sordera completa a la edad de 18. Me dieron medicamentos para terminar la caída. UN día, al no poder más, creí en Dios: « Si existes realmente, termina esa caída » y terminaba mi tratamiento. En el próximo examen del otorrinolaringólogo, la caída de mi curva se terminó y cayó al mismo tiempo. Desde entonces, reconocí que Dios existía y le acepté en mi vida.

Algunos se pueden preguntar: ¿Por qué no una sanidad completa? Se debe saber que, cuando Dios terminó mi curva, lo hizo ligeramente. Como si me quise decir: « Te dejo solamente lo que necesitas, y por el resto haz confianza en mí ».

Cambiar la vista

Para todos, mi sordera  era un problema, un freno. ¿Pero para Dios?

Siempre era este joven sordo incapacitado, hasta el momento en el que decidí terminar que los demás decidan por mí. La BIblia dice en Santiago capítulo 1 versículo 2: « Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones ».

Mira una oportunidad donde todo el mundo ve un problema. ¿Quién dijo que sólo con dos orejas se puede ser feliz?

Mi sordera a lo mejor no es un handicap. ¿Siempre es mala cosa no poder entender todo? Si un « entendedor »  solamente puede entender, ¡yo puedo no entender! Puedo poner el sonido o bajarlo. Entonces, ¡no soy nacido adherido a un problema, sino dotado de una opción!

La música se toca con los oídos, ¿es eso la única manera posible? Soy músico, estoy tocando en mi iglesia y para algunos artistas cristianos pese a mi sordera de más que 97 % El Señor me dio el don de tener una vista extraordinaria y una capacidad de reaccionar y de tener una memoria especial para tocar con mis ojos y mis sensaciones.

Cuando Dios tiene otro plan

Claro que Dios me pueda sanar, lo sigue haciendo hoy, yo les testimonio que ayer era sordo y yo soy entendedor. Muchos sería escépticos porque no vieron el milagro. Hoy les puedo mostrar que soy sordo y que puedo hacer cosas imposibles para un sordo. Allí, asistáis a milagro en directo y el efecto es diferente. Necesitaba mucho tiempo para comprender esto. No es fácil, muchas veces tengo dolores de la cabeza, siempre tengo que acariciar para no perder nada. Pero es increíble que soy instrumento cotidiano de Dios pudiendo hacer cosas imposibles.

Confía en él

La Biblia nos dice que Moisés tartamudeó y el Señor no le sanó, pero le encargó de sacar de su pueblo de Egipto. ¿El tartamudeo de Moisés era un freno para el servicio? Él lo pensaba, pero Dios no lo pensaba.

¿Y si para ti Dios tendría lo mismo?

¿Si tu prueba sería un trampolín para un destino increíble? ¿Si tu ánimo en días de enfermedad y en otras dificultades sería un testimonio de la grandeza de Dios para tu alrededor? ¿No te sientes como este o ese? En lugar de mirar a los demás enviandoles, mira a tu mismo con los ojos de Dios y verás el potencial puesto en tu vida.

Confía en él, pues te equipará y te mostrará las buenas personas que necesitas para brillar a través de tu vida.

Matthieu

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