En 2010 me dije: "Tengo todo en mi vida, me siento bien, mis papas son geniales, tengo novia, beca, etc. ¿Qué más puedo pedir?". Así pensé yo ese día, pero saben… Estaba viviendo una vida ideal, no una real. 

Dios ya venia llamando a la puerta de mi corazón, de muchas maneras. Una de ellas a través de amigos muy cercanos, quienes ya conocían a Dios. Pero no fue hasta que llegué a la universidad que su verdad vino a mi vida.  Era mi primer año como universitario y también quería experimentar muchas cosas que no pude durante mi secundaria. “La Buena Vida”, le llaman.

Una noche salí con algunos familiares y amigos a una discoteca. Una noche muy divertida, estaba realizado porque era lo que quería hacer. Me sentía aceptado. En la mañana, me encontraba acostado en cama mirando el techo de la habitación, el ventilador giraba, mientras me decía:  <¿Y ahora qué?> Pensé que sería diferente, me hacía preguntas como: ¿De verdad estas siendo tú mismo? ¿De verdad es esto lo que quieres? O ¿Sólo es aceptación lo que buscas? Ese día… nada tenía sentido para mí. (Era del tipo de persona que sufría de depresiones.)

Me había dado cuenta que aunque todo iba bien, el como conducía mi vida no lo estaba del todo. Siempre he sido un buen estudiante y un chico bueno ante la gente. Pero faltaba algo. Intentaba ser aceptado y anhelaba encontrar un lugar dónde pertenecer.

Una semana después de esto, estaba caminando por el Parque de la Universidad, había un grupo de chicos tocando canciones y tenían un banner que decía VE! Me senté a mirar. Un muchacho se acercó y me invitó a las reuniones de Vida Estudiantil. Me explicó que era y bueno, acepté la invitación, quise ir, pero ¡Nah! no fuí. Un tiempo después, conocí a unas personas que me hablaron de un folleto que se llama las 4 leyes espirituales. Me hablaron de un Dios que cambia vidas. Me invitaron a VE! y fuí.  Tenía mis reservas históricas sobre los cristianos, muchas preguntas y dudas. Todo esto fue en lapso de un mes.

Una mañana solo en el parque de la Universidad, le dije a Dios: “Sí tú de verdad puedes cambiar vidas, te entrego la mía y cámbiala”. En ese momento quería que las cosas fueran distintas, lo deseaba con todo mi corazón. Aún sin saber que vendría y lo que esto implicaría, tomé la decisión de invitar a Jesús en mi corazón. Entonces el 3 de Junio de ese año firmé mi compromiso con Dios de servirle, desde ese día.

Ha sido la decisión más importante de mi vida, de la cual no me arrepiento. Fue así en que empecé mi proceso de Crecimiento en Dios y continuará hasta mi último día en este mundo. Tantos años buscando llenar el vacío de mi corazón con cosas y la respuesta ya estaba cerca de mí, y no la veía, JESUS. Puedo decir que Dios ha sido real en mi vida. Una las cosas que empezó a cambiar en mi fue el área emocional.  Hoy día ya no es como antes gracias a su amor. Él ha sido quien ha dado sentido a mi vida y me a puesto en el “lugar donde pertenezco” y en mi corazón está ese deseo de servirle y estar donde Él quiere que yo esté. 

Hoy, junto con mi esposa y nuestro hijo, estamos como misioneros en Argentina desde 2016. Nos conocimos en 2013 y vivimos una relación a distancia de dos años y medio. 

Dios Tomó a una persona que creyó vivir una vida ideal y lo llevó a vivir una vida real. Una vida en abundancia (Completa y con propósito) y sé que el puede hacer lo mismo por ti. Te animo a que busques de él. (Lee Isaías 41: 9-10).

“Dios tiene un propósito para nuestras vidas y nos pone en el lugar que pertenecemos.”

Es un privilegio ser hijo de Dios. Sí deseas saber más sobre Dios, sobre cómo tener una relación personal con Él, puedes escribirme y podremos conversar. 😀 Dios te Bendiga. 😀 

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