
La gracia de Dios en todo su esplendor
Su gracia es suficiente
Su amor por mí nunca se acaba
Mi niñez:
Desde mis 5 años experimenté la mano sanadora de Dios, estaba gravemente enferma, mi familia atravesaba una crisis económica, por lo tanto no había para ir al médico y escasamente había para comer, mis padres se trataban muy mal, tengo recuerdos de objetos voladores en toda las direcciones en mi casa, era como una batalla campal, mi papá era un hombre de carácter muy fuerte, escasamente les escuchaba decir que me querían o recibir cariño de parte de ellos, crecí con ese vacío emocional, mi papá sufría de crisis de ansiedad y teniendo un poco menos de 4 años yo heredé eso, sentía deseos de correr, de matar, de suicidarme, pero siempre algo sobrenatural me frenaba, y terminaba en el suelo llorando como si alguien me abrazara y me dijera: - No lo hagas!, ahora sé que es Dios.
Siempre veía cosas algo así como demonios, en el cuarto, cuando nació mi hermano, sentí que el poco amor que recibía me lo habían robado y comencé a ser independiente, para llenar todos esos vacíos comencé a estudiar demasiado, siempre ocupé lo primeros lugares en el colegio, había un primo que me golpeaba (otro abuso de mi sexualmente) y comencé a crecer con odio hacia los hombres, también un chico en el colegio me maltrataba, me tomaba del cabello y me arrastraba por los pasillos del colegio, con tan solo 5 años comencé a defenderme, prometí que nadie más me haría daño y así fue, todo el colegio sabía que no podían conmigo, era muy manipuladora, grosera, ofensiva, orgullosa, siempre andaba en grupo, era la líder.
Mi adolescencia
Empecé a llenar mi vacíos con alcohol, cada día tomaba sin falta, y mis “amigos” me apoyaban, ya en la adolescencia mi cuerpo comenzó a cambiar, y tuve la mala fortuna de ser “atractiva”, digo mala fortuna porque mucha veces intentaron secuestrarme y un chico en el colegio me drogó con una pastilla llamada éxtasis, pero a pesar de creerme la “súper mujer”, era muy inocente y ni siquiera sabía que era eso y por eso las tomé, estaba tan obsesionado conmigo que intentó sacarme del colegio en ese estado pero gracias a Dios no pudo (o eso me contó una amiga que me cuidó, porque yo no recuerdo nada).
Me enamoré de un chico que mi iglesia local y fuimos novios, pero solo me quería para una sola cosa, quería tener sexo conmigo y al ver que no quise se fue con alguien más, entré en mucha depresión, tomaba botellas enteras de vino al día, mis padres nunca lo notaron y un día encendí la radio, a pesar de que asistí a la iglesia por tanto tiempo nunca había entendido el sacrificio que Jesús había hecho por mí, ese día entregué mi vida a Jesús , tenía 15 años.
Y ahí comenzó mi historia de amor con Dios, comencé a leer mucho la biblia, me bauticé, me gradué con honores, entré a estudiar y ahí conocí a otro chico, a pesar de sentirme tan firme en Dios no había notado que esa área de mi vida era muy vulnerable, era tan obstinada y realmente eso lleva a la destrucción, empecé a pasar una de la pruebas más duras de mi vida a mis 17 años, enfermé gravemente, bajé 10Kg en una semana, mi cuerpo cambió drásticamente y eso dañó mi autoestima, esos dos años fueron tan duros, pero vi que siempre Dios estuvo conmigo, para resumir en esos dos años, tuve una bacteria en mi estómago, una úlcera, cálculos biliares, estaba tan débil que me desmayé me se abrió la rodilla y se me inflamó la cabeza y por último cuando los médicos en realidad no sabían que tenía mi diagnóstico fue que tenía cáncer de estómago, doy gracia a Dios porque mis padres ya se habían convertido a Cristo, y mi mamá nunca aceptó el pronóstico del médico, a la vez, ese chico el cual conocí, se ganó la confianza de la familia, pero a pesar de decir que era cristiano, no pensaba que fuera tan malo o que existiera gente que podía lastimarme, en esos dos años, en la debilidad de mi enfermedad el abusaba de mí y yo ni siquiera sabía que era lo que estaba pasando porque era inocente, cuando Dios me muestra que eso era abuso, enloquecí y fue peor porque- tras de enferma ahora deprimida, decidí enfrentarlo y decirle que se alejara, gracias a Dios se alejó y se fue a otra ciudad, seguramente, pensó que lo iba a demandar, pero decidí perdonarlo y dejar todo en manos de Dios, un día iba caminando por la calle sentía que ya no podía más, fue cuando volví a experiementar el fuego del Espíritu Santo, ese día quedé sana.
Mi juventud:
Me gradué de la tecnología con honores, entré a trabajar pero como era en un ambiente que no es para mujeres, porque soy electricista, fue complejo, la morbosidad de esos hombres, sus groserías a parte pues no era femenina ya que era la encargada de tener listas las máquinas para obra, pero era feliz porque Dios me había permitido estar ahí, comencé a servir en la iglesia, aprendí a tocar guitarra, cada descanso que tenía en el trabajo lo dedicaba a leer la palabra y a compartir de Jesús, llegué a un punto que no pude más porque uno de los señores con que trabajaba comenzó a inventar que él y yo habíamos sostenido algún tipo de relación solo porque me defendí cuando intentó besarme, entonces cada vez que pasaba por un pasillo de la empresa me miraban todos morbosamente, Dios se encargó de limpiar mi imagen y de abrir la puerta a la Universidad para cumplir mi sueño de ser ingeniera, porque él fue que suplió el dinero que me faltaba para entrar, a pesar de haber ahorrado no me alcanzaba, renuncié al trabajo y empecé un nuevo sueño de la mano de Papito Dios.
Allí en la u, conocí a otro chico, pero esta vez ya estaba prevenida, él intentó acercarse a mí muchas veces pero yo siempre lo evitaba, realmente me gustaba mucho y la verdad ya me había cansado de sufrir, pero Dios permitió que le entregara un poema en ese momento él se enamoró de mí, en unas semanas ya me decía te amo, me presentó a su familia, Dios siempre me decía que iba muy rápido y que debía alejarme de él, pero no fui fuerte porque ya estaba enamorada como para decirle adiós.
Seguí con él y entendí que tanto él como yo habíamos crecido con nuestra sexualidad destruida, así que no fue difícil caer en pecado con él, me sentí horrible, quería morir, pero aun así la gracia de Dios estaba ahí para perdonarme y ayudarme a continuar, llevábamos un poco más de un año, esta vez Dios volvió a decirme que me alejara y así lo hice nos separamos por 4 meses, fue difícil porque ahora entendía que me había hecho una con él y sentía que lo amaba. En ese tiempo de alejarnos me di cuenta que éramos yugo desigual porque nunca me motivaba a orar y en vez de acercarme a Dios más me alejaba, a pesar de que él era líder en su iglesia, me di cuenta que los cargos no importan, lo que importa es tener comunión con Dios. Cuando volvimos a vernos todo había cambiado, él ya no era el mismo, tanto que me dijo que se iba a ir al mundo y que ya no quería estar conmigo, unas semanas después, tuve que ir a la u de noche (yo estudiaba en la mañana y él en la noche) a entregar un trabajo de un semillero de investigación y ahí lo vi besándose apasionadamente con una chica, me rompió el corazón, porque yo guardaba la esperanza de que él no era como los otros y que íbamos a volver e íbamos a casarnos y tener un hogar.
Después de todo eso entendí que mi vida no estaba completamente rendida a Dios, dejé mi terquedad y obstinación, le entregué las llaves de mi corazón a Dios, y ha sido la mejor decisión que he podido tomar, decidí enforcarme en Dios, comencé a estudiar y escudriñar las escrituras, Dios cambió por completo el rumbo de mi vida, porque me pidió renunciar a todo para seguirlo y ahora no dudo en lo que me dice simplemente ahora lo obedezco, estoy estudiando teologia, entré a un programa para sanar mi area sexual, y ahora ¡SOY LIBRE!, soy hija de Dios y amo a Papá con todo mi corazón, no puedo pasar una hora sin hablar con él.
Hace un año Dios me mostró quien iba a ser mi esposo, es un hermoso pastor de Jovenes, y ya no me afana solo oro por él cada día esperando que pueda conocerlo y sino no importa, estoy con Dios su gracia misericordia y amor son suficientes.
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos"
Isaías 55:8-9