Benjamín Quintana

Santiago, Chile

Sufriendo en secreto, restaurado en publico.

Nací en Chile, en medio de una familia cristiana que siempre me dio todo el amor que necesitaba. Siempre conocí mucho sobre la biblia y las enseñanzas de Jesús, pero nada más como una historia que había ocurrido.

 

Años más tarde tuve que cambiarme de escuela, a una donde estuve los dos últimos años de enseñanza básica (primaria).  Fueron los peores dos años de mi vida, ya que fui víctima de agresiones (o bullying) por parte de mis compañeros. Nunca encajé en ese lugar, y me encerraba en el baño del colegio, a mis 12 años, a llorar y a maldecir el día en que llegué a ese lugar. Con el pasar del tiempo, me transformé en alguien mentiroso con muchas ganas de llamar la atención, y con un gran odio hacia las personas que me hacían daño. No tenía amigos de verdad, y no tenía la valentía de contarle a mis padres lo que me pasaba en la escuela.

 

Llegué a la enseñanza media (secundaria) con 14 años, y me daba miedo hacer amigos, prefería andar sólo por los pasillos. Entonces conocí a ciertas personas de mi clase, Sebastián y Pablo; días más tarde conocí a otro Sebastián y a Pamela; los 5 hicimos un gran grupo de amigos. Lo que supimos después de esto, es que todos asistíamos a una iglesia, y al menos como yo creía, todos éramos cristianos.

 

Nos comenzamos a reunir algunos días después de clases a compartir de Jesús entre nosotros, y ellos tomaron la iniciativa para llenar el colegio de afiches con mensajes de esperanza y sobre el amor de Jesús. Además Dios puso a una profesora, Liliana, que también era cristiana para ayudarnos en esto. Yo no podía entender cómo había tanto ánimo en ellos para mostrarle a otros el amor de Jesús, y cómo ellos podrían querer realmente a alguien que actuaba tan extraño e inventaba cosas para llamar la atención, como yo.

 

Entonces comencé a entender lo que Jesús quería para mi: Hacerme una persona nueva, amarme de verdad sin importar mis defectos, y amarme como nadie lo había hecho. El amor de mis amigos, mis verdaderos amigos, me demostró el amor de Jesús hacia mí, y comencé a comprender que esto no se trataba de una simple religión y rituales de día Domingo, sino de vivir cada día con Jesús, y sabiendo que él me ama, murió por mis pecados y resucitó para darme vida eterna! 

 

Entonces un dia mientras hacíamos una oración con mis amigos, en mi silencio, le entregué mi vida a Jesús para que fuera totalmente de él. Desde entonces que mi vida cambió radicalmente. Ya no hay odio en mi vida, Dios me ha hecho la persona más feliz, y no necesito inventar cosas que no soy para que la gente me acepte. Sé que Dios me ama tal cual como soy, y me ha dado amigos que me quieren como sea. Todos notaron en el colegio mi cambio, a tal punto que mi nueva personalidad comenzó a influir en otros, nada más por el cambio que Cristo hizo en mí.

 

Si tu vida no es fácil y crees que nadie te aceptará, créeme que Jesús te ama sin importar lo que hagas ni como seas. Si le entregas tu vida, él se encargará del resto. SU AMOR ES IMPLACABLE!

 

Un abrazo!

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