Alexis

Strasbourg, France

Ateo militante, convertía a los cristianos

Tenía 6 o 7 años

De niño, en mi colegio de Bretaña, la conversación giraba en torno a la religión. Recuerdo que en el curso del debate, una compañera dijo que  todo el mundo creía en Dios. Mientras que toda la clase estaba conforme, me levante súbitamente con la firme intención  de romper con ese consenso. "No! declare, no creo en Dios! . Ese gesto de desafío me lleno de un orgullo absoluto. Así como un niño declara que la existencia de papa Noel es una fabula, tenía el sentimiento de estar más avanzado que mis compañeros, que estaban todavía en la creencia… yo la sobrepasado!

Crecí en una familia atea!

Como no había sido bautizado ni había recibido ninguna enseñanza religiosa, mi universo estaba impermeable al cristianismo. Las fiestas religiosas no tenían ningún significado. Hasta las fiestas cristianas no tenían significado religioso. Noel para mi, representaba regalos; Pascuas, el chocolate;  y el domingo, antes que el día del Señor, era un buen día de descanso. En el momento de la comida, la palabra "Dios" no se pronunciaba y las pocas ocasiones cuando "el sujeto" se invitaba, era sobre un ángulo critico, para condenar el pasado de la iglesia. En la escuela, los cursos de historia acreditaban esta visión retrograda: No era el cristianismo que había lanzado la Inquisición, impulsando las cruzadas, quemando viva Galilea, es decir, recomendando la violencia y condenando el progreso de la ciencia? En cuanto a los demás cristianos con los que me encontraba, se mostraban incapaces de justificar su fe, contentándose con un testimonio vago que no me satisfacía. Ignorancia e intolerancia eran para mí las palabras dueñas de esta religión que veía como una reliquia del pasado, consagrada a desaparecer en provecho de una edad científica y positivista.

Descubro la filosofía

Deslumbrado por el descubrimiento de la filosofía en mi último año de bachillerato, decidí estudiar en la universidad de Estrasburgo-Francia, donde mi familia se había trasladado. Era entonces  lo que se llama Nihilismo, ya que no había Dios creador, nada detrás del universo, nada tenía sentido. La humanidad, aparecida por accidente y desaparecida del mismo modo. En el fondo me sentía muy cercano a ese personaje de Dostoievski, declarando en Hermanos Karamazov, "Si Dios no existe, entonces todo está permitido". Mientras me paseaba por el mundo con esa mirada escéptica y desengañada , poniendo todo en duda, incluida la moral, un cierto Mike, me interrogó a la salida de un curso de filosofía. A medida que simpatizábamos, descubrí que era protestante. Como, le pregunté, se puede ser cristiano, si no se tiene un odio a la vida, una frustración o una necesidad de mundos fantasmas pasados.

Argumentos que dan en el blanco

Lejos de estar desconcertado, Mike respondió  cada vez con argumentos más justos y racionales. Por primera vez, encontré un cristiano que reflexionaba sobre su creencia, haciendo juicio a la razón. Durante un año, avanzamos juntos, tratando en discusiones encendidas de convertirnos mutualmente , yo, con mi visión de un mundo sin Dios y él al cristianismo.  Siguiendo a Mike, pase poco a poco de un Nihilismo a un  ateísmo militante; Puesto que él reflexionaba, me dije, quizás encuentre un medio de salvarle, así que resolví seguirlo a todos lados, en los grupos de oración,  los encuentros con creyentes a los cuales era muy asiduo. A todos esos cristianos que encontraba, me sentía en la obligación de hacerlos entrar en razón.

Abro la Biblia para desmentirla

Deseoso de ganar la apuesta , decidí atacar a la fuente de su creencia, en otras palabras, abrir la biblia, leerla atentamente y presentar el catalogo general de sus contradicciones. Una vez el trabajo realizado, Mike y sus amigos estarían obligados a abrir sus ojos y reconocer su error. Una noche de verano, en 2005, mientras que leía la biblia con el solo objetivo de destruirla,  sentí repentinamente una presencia venir a mí,  presencia a la vez de calor y frio, tal que una ducha gaseosa y dotada de una consciencia que  me decía: "Alexis, tu eres pecador, pero te perdono porque a partir de hoy te adopto como mi hijo". Este día de julio del 2005, en la que había experimentado un encuentro con Jesús, probando su presencia de amor  y de misericordia marca el comienzo de mi conversión. 

Un cambio increíble!

Después de ésta revelación y hasta mi bautizo, cambie mi relación hacia los demás, mi manera de ver el mundo y de pensar.  Según mi amigo Mike,  igual mi mirada, hasta ahora  atormentada y sombría, se había iluminado. Por tanto,  esta conversión marco más el principio de mi búsqueda que su final.  Deseoso  de dar un fundamento racional a esta experiencia,  me dediqué  a la búsqueda filosófica y a la relación entre la razón y el cristianismo. Mi diploma DEA sobre la existencia de Dios, me hizo cuestionarme y poner en oración esta alternativa: seguir en la vía académica o hacer saber al gran público los tesoros del pensamiento cristiano. Es en la segunda dirección que Dios me condujo. Después, en los recintos populares a los cuales tengo acceso, me esfuerzo a recordar que si Dios se manifiesta por la experiencia, también se deja descubrir por la razón. Como, en efecto, puedes amar una persona sin buscar a conocerla, comprender quién es?  Jesús está muy vivo mis amigos!

Alexis

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